CAPÍTULO 5 – CAJONES Y ARCHIVADORES
La escritora y el escritor deben limpiar toda esa materia prima: seleccionar las ideas pertinentes, ordenarlas, tapar huecos y elaborar una estructura para el texto. Esta tarea implica tomar decisiones importantes sobre el tema que se tratará y sobre su eficacia. Se puede elaborar este trabajo al inicio o a partir de notas o ideas sueltas, sin olvidad que cualquier texto debe tener una organización coherente de las ideas ya que son los lectores quienes deben comprender las ideas diversas y distintas del autor.
ORDENAR IDEAS
Se puede utilizar técnicas como agrupar por temas los datos de una lista, poner números, flechas u ordenar las frases; hasta las más sofisticadas como hacer algún tipo de esquema con llaves, diagramas, sangrados o líneas. A continuación, un ejemplo de como se podría ordenar las ideas desarrolladas del capítulo anterior:
MAPAS CONCEPTUALES
Se puede tomar ventaja de esta técnica para ordenar ideas y elaborar así un esquema que resulta diferente a las figuras del capítulo anterior por su función, utilidad y proceso de elaboración.
El rectángulo en el centro determina el tema del cual nace el resto de los datos, sólo se utilizan palabras claves o de significado pleno como sustantivos, adjetivos y verbos. Los conceptos son situados más cerca o lejos dependiendo su importancia y su relación jerárquica, de forma que se fija la posición de cada uno en el conjunto.
Estos mapas conceptuales ofrecen varias ventajas sobre los esquemas tradicionales como:
- Cada mapa es como un cuadro irrepetible diferente de cualquier otro, de modo que es más fácil recordarlo.
- No tiene un final a menos que se te acabe el papel.
- Con varias utilidades como ordenar ideas, hacer un esquema, resumir un texto que se lee, tomar apuntes, desarrollar un tema, etc.
- Adaptables y flexibles al estilo de cada uno.
ESCRITURA DEL TEXTO
La organización de las ideas tiene que quedar reflejada en el texto de alguna manera, si queremos que el lector siga la estructura que hemos dado al mensaje. Las divisiones y subdivisiones de nuestro esquema tienen que corresponderse con unidades equivalentes del texto. Cada división debe tener unidad de contenido, pero también tiene que marcarse gráficamente. Sólo de esta manera conseguiremos comunicar de forma coherente lo que nos hemos propuesto.
Muchos de los textos ya tienen una estructura preestablecida como por ejemplo una carta tiene cabecera, introducción, cuerpo y conclusión. De esta manera se facilita el trabajo del escritor porque tiene una orientación en el momento de elaborar el contenido. Cualquier texto así sea largo o corto, y del ámbito que sea, tiene una forma jerárquica con un grado variable de complejidad, por lo tanto, con más o menos muñecas.
Cuanto más largo y complejo sea un texto, más detallado debe ser su estructura para que el lector no se pierda. De igual manera los textos relativamente cortos deben tener una organización, aunque sea más modesta.
A continuación, un ejemplo del contenido del texto en forma de llaves, a partir de títulos posibles de cada párrafo: